La Heráldica Medieval nos ha dejado el registro de los escudos de armas de algunos personajes relevantes de la cultura occidental y de la cristiandad. Aunque es evidente que algunos de estos personajes nunca llegaron a portar dichas armas, estas eran igualmente reconocidas como "veraces" durante el medioevo.
Podemos iniciar por las armas de tres personajes históricos que posiblemente sí las portaron.
En primer lugar las armas del gran caballero español don Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid (ca. 1043-1099), quién portó las armas del Reino de Castilla y León de su señor, el Rey Fernando I: un cuartelado en cruz; en primer y cuarto cuartel, castillo oro en campo gules; en segundo y tercer cuartel, león rampante gules coronado oro en campo plata.
En segundo lugar, las armas del legendario rey inglés Ricardo I, mejor conocido como Corazón de León (1157-1199), que eran las mismas armas que las del Reino de Inglaterra: tres leones pasantes oro, afrontados y colocados en palo en campo gules.
En tercer lugar, las armas de la heroína francesa de la Guerra de los Cien Años, Santa Juana de Arco, la Dama de Orleáns (1412-1431): en campo azur, espada plata colocada en palo con punta alta sumada de corona oro, acompañada de dos flores de liz oro (una a la diestra y otra a la siniestra).
Pero también a las figuras legendarias se les concedió una heráldica propia, aunque posiblemente nunca llegaron a utilizarla. El caso más conocido es el mítico Rey Arturo de Camelot (siglo VI), al cual se le otorgaron las siguientes armas:
Estas se pueden blasonar así: en campo azur, tres coronas de oro colocadas en palo.
Otros escudos de armas asociados a las leyendas artúricas son las de sus caballeros:
Lancerot: campo plata atravesado por tres bandas gules.
Galahad: cruz gules en campo plata.
Y Bors: campo plata sembrado de armiño, atravesado por tres bandas gules.
Los personajes religiosos también fueron heraldizados.
Así, las armas de la Virgen María se blasonan: en campo azur, corazón gules alado en oro, atravezado por espada plata colocada en palo con empuñadura oro.
Mientras que las armas de Jesús se blasonan: en campo plata, cruz oro, acompañada de las armas de su martirio acoladas y coronando.
Incluso se le llegaron a otorgar armas al Reino de Dios:
Como dato interesante se observa que estas armas ostentan las enseñanzas que la Iglesia Católica Romana estableció sobre la naturaleza de la Santísima Trinidad, punto constante de conflicto entre diversas escuelas teológicas cristianas en este período histórico. Estas enseñanzas dictan que "el Padre no es el Hijo, no es el Espíritu Santo, pero sí es Dios". Lo mismo aplicado a las otras dos figuras teológicas. Por tanto, la composición de este escudo de armas no sólo buscaba representar a Dios, sino también fortalecer la posición central de la Iglesia y sus interpretaciones teológicas.
2 comentarios:
Conozco otros escudos ficticios....
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